¿Estoy embarazada?: qué elementos clínicos y de laboratorio son el soporte de nuestro diagnostico.
Desde que una mujer tiene su primera menstruación hasta la menopáusia, tiene el riesgo de quedar embarazada si no utiliza algún método anticonceptivo. Si bien los ciclos menstruales a lo largo de la edad fértil de una mujer sana no siempre son ovulatorios (no siempre producen la formación de un ovocito), con mayor o menor probabilidad a lo largo de los años, el embarazo es una posibilidad.
Una mujer que tenga ciclos menstruales regulares que duren entre 28 y 30 días tiene la posibilidad de detectar un retraso en la aparición de la menstruación. De no contar con ciclos menstruales regulares no será tan fácil distinguir entre un retraso o un embarazo. En esta circunstancia conviene consultar a su ginecólogo/a de confianza.
Una mujer que tenga ciclos menstruales regulares que duren entre 28 y 30 días tiene la posibilidad de detectar un retraso en la aparición de la menstruación. De no contar con ciclos menstruales regulares no será tan fácil distinguir entre un retraso o un embarazo. En esta circunstancia conviene consultar a su ginecólogo/a de confianza.
La ansiedad que genera la posibilidad de un embarazo, ya sea que este fuese buscado o no, motiva que se ponga en marcha un control clínico y si las circunstancias lo requieren, también paraclínico, a fin de obtener un diagnóstico precoz. El control clínico es relevante ya que orienta al médico y a la paciente sobre el contexto en el cual se presenta este retraso menstrual, que de allí en adelante se determinará si se trata o no de un embarazo.
Se habla tradicionalmente de elementos de probabilidad y de presunción de embarazo tales como los siguientes cambios:
Se habla tradicionalmente de elementos de probabilidad y de presunción de embarazo tales como los siguientes cambios:
- Náuseas y/o vómitos matinales
- Somnolencia.
- Modificaciones del apetito.
- Mastalgia (dolor mamario), aumenta de tensión y volumen mamario
- Retraso menstrual
- Somnolencia.
- Modificaciones del apetito.
- Mastalgia (dolor mamario), aumenta de tensión y volumen mamario
- Retraso menstrual
Durante la consulta médica, el exámen general mostrará eventualmente mamas congestivas, con expresión láctea. Podrá percibierse un aumento de la pigmentación de la aréola mamaria y de la línea media abdominal; el exámen ginecológico evidenciará una histeromegalia (aumento del tamaño del útero), la cual es muy discreta al final de las cuatro semanas, pero que terminando la octava se percibe en forma clara mediante el tacto vaginal. Asimismo, la vagina se torna mas lívida y el cérvix uterino cianótico (de un color más oscuro) lo cual se visualiza mediante la utilización de un espéculo.
Estos elementos semiológicos no brindan la precisión buscada para el diagnóstico en los embarazos precoces, en ellos faltan aún los movimientos fetales percibidos por la madre (desde las 16-18 semanas aproximadamente) y latidos cardíacos fetales como elemento de certeza de embarazo.
Estos elementos semiológicos no brindan la precisión buscada para el diagnóstico en los embarazos precoces, en ellos faltan aún los movimientos fetales percibidos por la madre (desde las 16-18 semanas aproximadamente) y latidos cardíacos fetales como elemento de certeza de embarazo.
Con la aparición de los métodos bioquímicos que detectan la subunidad beta de la hormona gonadotrofina coriónica humana (βHCG por sus siglas en inglés) una hormona específica producida en el embarazo, éste se diagnostica hoy en forma más precoz que hace tan solo dos a tres décadas.
Los “kits” del diagnóstico, comúnmente llamados, "test de embarazo" se ofrecen al mercado en forma de paquetes para el ensayo “doméstico” así como para la detección en laboratorio de esta hormona en orina y/o sangre. Se trata de exámenes cualitativos en donde se revela si hay o no hormona.
Asimismo, se dispone de la posibilidad de medir los niveles de beta HCG sangre, lo cual permite hacer un seguimiento en embarazo incipiente ya que van aumentando. Este test puede realizarse en forma tan precoz como una vez superada la primer semana del retraso menstrual. Se ofrecen al mercado con explicaciones claras de cómo realizarlos y son de venta libre en farmacias. Es destacable que es conveniente realizarlos con la primera emisión de orina de la mañana, a fin de obtener mayor concentración de la hormona a detectar.
Los “kits” del diagnóstico, comúnmente llamados, "test de embarazo" se ofrecen al mercado en forma de paquetes para el ensayo “doméstico” así como para la detección en laboratorio de esta hormona en orina y/o sangre. Se trata de exámenes cualitativos en donde se revela si hay o no hormona.
Asimismo, se dispone de la posibilidad de medir los niveles de beta HCG sangre, lo cual permite hacer un seguimiento en embarazo incipiente ya que van aumentando. Este test puede realizarse en forma tan precoz como una vez superada la primer semana del retraso menstrual. Se ofrecen al mercado con explicaciones claras de cómo realizarlos y son de venta libre en farmacias. Es destacable que es conveniente realizarlos con la primera emisión de orina de la mañana, a fin de obtener mayor concentración de la hormona a detectar.
Otra de las instancias paraclínicas plausibles que se manejará en consulta con su ginecólogo/a, será la de la ecografía. Esta última nos ha abierto ,en las últimas décadas un nuevo capítulo en la Obstetricia y la Medicina Fetal. Se trata de una técnica no invasiva de exploración visual, no posee efectos secundarios para la madre ni el feto. Sin embargo es dependiente de la experiencia y entrenamiento que tenga el técnico (siempre un médico) que realice el procedimiento. Una ecografía abdominal logra obtener imágenes de excelente definición de un saco gestacional (etapa inicial del embarazo) correspondiente a un embarazo mayor a 5-6 semanas. Con un equipo de uso transvaginal se logran muy fieles imágenes en embarazos aún más precoces.